Llega y me dice: Mamá, te voy a leer una poesia que escribi, Querida ciudad, cuida del mundo, cuidemos del mundo, porque por la noche va a pasar una cosa terrible, va venir un gigante con ramos de flores, y vamos tener que ir para otra ciudad, y despues no va a haber nada nada nada, y vamos a tener que volver.Y se fué, dejandome con la angustia sobre si estaría delante de una joven Cassandra, o se habría escuchado alguna vez nuestra conversación sobre las teorias del fin del mundo.
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