viernes, 14 de noviembre de 2008

Aprendiendo a cobrar

Últimamente andaba en la caza de animadores profesionales virtuales, quería subir el ánimo y la vida no da para menos, que la crisis económica, que sin trabajo y sin perspectivas, pensaba y sentía angustias emocionales.
¡La angustia, mal sentimiento, ni te deja pensar! Se decía mientras daba el último trago de café negro, escribía su e-mail, car@gmail.com, y daba enter.
Ya tenía otro animador tratando de venderle un paquete para la construcción de negocios virtuales que trabajan mientras duermes, zzzzz.
-Increible, a mí también me sorprendió.
Decía el texto del pantallazo, una idea que comenzaba a quitarle el sueño. El teléfono suena.
Es Ernestina en su restaurante
-No entran clientes...
Ha sido el tema central de sus charlas.
-¿Pero qué pasa?
Pregunta mientras descarga la presentación del primer vidéo motivacional que deja ver a una pareja al lado de un carro de lujo parqueado frente a una mansión en la costa iluminada por un aviso neón centelleando ¡Miami!
-Los clientes no van pero, la comida es buena.
Car ha detenido la descarga de motivación virtual.
-Es un problema de promoción y te propongo un plan de mercadeo virtual entre los vecinos del negocio. El pago será según la reación de la promoción, si no hay reacción no hay pago, pero si las ventas se disparan será el ocho por ciento de los ingresos de una semana.
Ahí estaba, sorprendido de si mismo en la claridad del cobro era la primera vez que iniciaba un negocio con esa mediana lucidez.
¿Acaso el resultado de la playa en Miami o el acoso amenazante de la angustia disipado por la literatura de su animador virtual? ...

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